Una biblioteca a viva voz: murmullos y exclamaciones
Para encontrarse. Para ampliar el acceso a materiales y recursos sobre comunicación en formatos y soportes variados. Para reunir (y valorar) la enorme cantidad y diversidad de producciones de Argentina y más allá sobre ese vasto tema. Para compartir. Para hablar (sí, se puede hablar en esta biblioteca). Para desatar reflexiones, inquietudes, iniciativas. Porque el acceso a la información y a la formación son derechos ciudadanos.
Una biblioteca especializada en comunicación. Una colección bibliográfica y multimedial pública y gratuita. Un espacio de consulta y de expresión. Una sala encendida y una plataforma virtual. Otro buen motivo para mantener abiertas las puertas de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual.
La Biblioteca Petrona Rosende –en construcción– reunirá libros, publicaciones periódicas, documentos gráficos, de video y audio. Una colección amplia y en crecimiento constante sobre comunicación: informes, tesis, investigaciones, jurisprudencia relacionada, manuales y otros materiales de capacitación. Una biblioteca pública, libre y gratuita.
Una biblioteca con género
La Biblioteca de la Defensoría del Público debe su nombre a “la primera mujer periodista argentina”. Nacida en Montevideo en 1787, la escritora y poetisa Petrona Rosende se radicó en la capital de nuestro país a comienzos del siglo XIX para escapar de la ocupación luso-brasileña. Con la misma voluntad liberadora, publicó en 1830 el primer periódico rioplatense “dedicado al bello sexo argentino”.
Al darle voz y presencia a las mujeres, La Aljaba constituyó una acción revolucionaria para la época.
Fueron dieciocho números editados entre noviembre de 1830 y enero de 1831. Los ejemplares de cuatro páginas salían de la Imprenta del Estado –en verdad privada, pese a su nombre– con un grito en su portada: “Nos libraremos de la injustica de los hombres solamente cuando no existamos entre ellos”.
Su nombre –que es el del estuche en que se llevan flechas– anunciaba los “disparos” contra la realidad que arrinconaba a la mujer en una posición de sometimiento. “¿Hasta cuándo se verá el sexo femenino sumido en la obscuridad en que lo encerró el sistema opresivo de los que le negaban los conocimientos más sencillos?”, provocaba La Aljaba. Como respuesta, cada edición reunía poemas, fábulas y ensayos breves que combinaban contenidos referidos a las tareas domésticas convencionales con análisis de la vida política, la educación, la religión, las ciencias, la amistad y la cultura.
Con el mismo espíritu de libertad, de equidad, de acceso a la información y la educación, la Defensoría del Público crea la Biblioteca que se honra con el nombre de Petrona Rosende.